" . . . Sentado en la terraza de mi café favorito, reflexiono sobre cómo capto las imágenes que me inspiran. Pienso en las críticas, los testimonios y los encuentros que me han llevado a cuestionarme y que me han obligado... Comprendo que no soy fotógrafo. Prefiero definirme como un "captador de imágenes", utilizando simultáneamente una "herramienta" y mis ojos para inmortalizar los momentos que me conmueven o me emocionan . . .

Mi gana, mi necesidad es sobrepasar los límites, las de los demás, y sobre todo las mías . . . así continúo a veces torpemente, pero siempre con respeto . . .

Esto me lleva a buscar a otras personas, a intercambiar ideas y emociones. Quiero dar forma y esculpir la emoción del momento, la belleza invisible de los individuos y los momentos que a menudo pasan desapercibidos.

No me obsesiono con la perfección . . . Me centro en la esencia de la imagen, en su forma de contar una historia o captar una emoción. Soy libre: puedo jugar con la luz o la sombra e incluso manipular la imagen a posteriori para darle un efecto sensorial. . .
 

. . . Soy feliz. Me permite vivir y explorar las bellezas y fealdades de nuestro mundo . . . "